Redacción

Óscar Andrés Flores Ramírez, El Lunares, se convirtió en uno de los líderes de La Unión de Tepito gracias a su alto grado de violencia e influencia en grupos de narcomenudistas, de los cuales él es principal distribuidor. Es originario de la colonia Peralvillo y nació el 5 de octubre de 1989; desde pequeño quiso ser “el mejor de su barrio”.

Tomó la cabeza de la estructura de La Unión tras la captura de Roberto Moyado Esparza, El Betito, y David García Ramírez, El Pistache, así como del primer frente de mando de esa organización delictiva, lo que lo convirtió en el último líder visible. Sus operaciones criminales se realizaban en las colonias Guerrero, Morelos, Centro y Peralvillo, en la alcaldía Cuauhtémoc.

Óscar Andrés tiene una orden de aprehensión vigente por el delito de privación de la libertad personal en su modalidad de secuestro exprés agravado, la cual fue emitida el 30 de noviembre de 2019 por el Juzgado Centésimo Décimo Cuarto de Control del Sistema Procesal Penal Acusatorio de la Ciudad de México.

Se alió con el grupo delictivo liderado por Lenin Jonathan Canchola Martínez, El Lenin Canchola, y con otros grupos criminales que operan en el Centro Histórico y se dedican a la venta y distribución de droga, así como al cobro de piso y extorsión de comerciantes.

Al tomar el control de La Unión, continuó con la disputa por el territorio con sus antagonistas, La Anti-Unión, quienes ejecutaron a tres de sus familiares y a colaboradores el 10 de octubre de 2019 en las inmediaciones del Mercado San Camilito, en La Lagunilla.

El Lunares mantenía una amplia red de protección policial por parte de autoridades de seguridad pública así como un grupo encargado exclusivamente de su seguridad, el cual portaba armas de grueso calibre y se trasladaba en convoy en inmediaciones de la calle Peralvillo, de la colonia Morelos, y en Tepito. El líder incluso llegó a ser captado a bordo de un racer escoltado por sujetos a bordo de motocicletas y cuatrimotos.

En su poderío se encontraban departamentos y casas de seguridad conectados mediante túneles y pasadizos improvisados, ya que servían como bodegas.

El Lunares es creyente de Jesús Malverde, el santo de los narcos, y partidario de rituales de santería, a los que incluso ofrendaba cráneos de integrantes de grupos antagónicos. Al capo tepiteño se le liga con varias parejas sentimentales, pero sólo tiene hijos con una, quienes se encuentran en la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, según fuentes consultadas.

Con información de El Universal.